Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Claudia Rivera Vivanco entendió muy pronto que lo más valioso de los errores es reconocerlos y corregirlos.
Habla bien de ella, de su madurez como persona y, sobre todo, que está dispuesta a escuchar y cambiar de ruta.
No debió ser fácil para la presidenta municipal electa escuchar y leer cientos de comentarios sobre el pésimo diseño que eligieron para ser la imagen institucional de su próximo gobierno.
Su primera acción de gobierno fracasó.
No, no debió ser fácil.
Ella tenía la opción de aguantar las críticas y mantener el logotipo que eligieron los integrantes del jurado, pero no fue así.
Es un paso atrás afortunado que dio la presidenta municipal electa de Puebla.
No obstante, cuando Claudia Rivera Vivanco rinda protesta e inicie su gobierno no tendrá margen para reconsiderar sus decisiones.
No es lo mismo un logotipo que una estrategia de seguridad que repercutirá en los ciudadanos.
Por tratarse de un logotipo tuvo tiempo de corregir, pero ya en funciones no podrá equivocarse tanto.
Claudia Rivera no tiene margen de error y los poblanos, los medios de comunicación y las redes sociales le harán un marcaje personal y continúo.
La presidenta municipal electa hizo bien en recapacitar sobre el logotipo y lo cambiará, pero no podrá hacer lo mismo en decisiones de gobernabilidad, obras públicas, desarrollo social y, sobre todo, seguridad.
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Chairos vs huachicoleros.
Así se nombraban en las mesas de cuento de los votos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Los morenovallistas calificaban de “chairos” a los representantes de Juntos Haremos Historia.
Y los morenistas calificaban de “huachicoleros” a los representantes de Por Puebla al Frente.
Así de dividida está la sociedad.
La elección a la gubernatura ha dejado un saldo negativo entre los poblanos.
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