Juegos de Azar
Claudia Rivera Vivanco vive una gran soledad política.
Jamás entendió que el poder te rodea de personas por intereses y no por lealtad a un proyecto.
Cuando decidió enfrentarse al ex gobernador Miguel Barbosa buscó cobijó con Ignacio Mier, pero no le funcionó.
Miguel Barbosa les arrebató el control de Morena en Puebla y le quitó el poco poder que aún tenía.
A Ignacio Mier ya no les es útil y por eso se alejó de ella.
No tiene espacios con el senador, Alejandro Armenta.
Claudia Rivera camina cuesta arriba con las sanciones en su contra por ejercer violencia política de género que prácticamente la tiene fuera de la contienda del 2024 y con las auditorías de la ASE sobre ella.
Si Andrés Manuel López Obrador no interviene directamente por ella, está condenada al olvido y al destierro.
Por eso su grito desesperado de reunirse con el gobernador Sergio Salomón Céspedes.
La soledad política ya le pesa mucho a Claudia Rivera.
