Erick Becerra
Luis Alberto Arriaga, alcalde de San Pedro Cholula, libró la primera prueba de fuego.
No fue la encuesta de Rodolfo Rivera Pacheco sobre la aprobación ciudadana respecto de su gestión.
No fue la sesión de cabildo correspondiente al informe de labores del primer año.
No fue el crudo análisis de los Blanca o los Jiménez Concha.
No.
Fue en análisis político del gobernador Miguel Barbosa, primer jefe de Morena en Puebla.
En el primer informe del comunicador, que estuvo bajo el escrutinio público, privado y del gobernador, pasó la prueba del ácido.
En el informe, el gobernador estuvo afable, contento, hasta bromeó con su sarcasmo.
No era fácil.
A los presidentes municipales anteriores les había ido como en feria. Había sido crítico mordaz.
Había sido frío y calculador.
Y en el informe de Luis Alberto, la calidez del Ejecutivo estatal demostró que la cosas caminan bien.
El ayuntamiento de San Pedro Cholula no la tiene fácil.
Hay que rescatar el hospital general que Rafael Moreno Valle se llevó a San Andrés con tal de no dejárselo a José Juan Espinoza -quien ya no gobierna San Pedro- y hay que reubicar el Cereso que está que arde en mero centro de San Pedrito.
Y otro dato: el relleno sanitario no es sanitario y sí está lleno. Así que ojalá se lo lleven de ahí y replanteen la concesión porque de otra manera flotaremos en lixiviados.
Es San Pedro el único bastión que hoy florece para Morena y lo saben.
Morena tiene en San Pedro al primer municipio más importante después de Puebla que puede dar la batalla de gobernanta y electoral que Morena necesita.
¿El futuro de San Pedro?
Incierto, como todos. Pero con puntos positivos para quien fue el conductor más influyente de la televisión poblana, y que hoy es uno de los activos más frescos y favorables para el partido del gobernador y del presidente.
Gracias y nos leemos mañana.
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