BUAP, entre la división e inversión

José Antonio de la Vega Moreno

Se cumple la cuarta semana de paro y protesta universitaria.

Manos ajenas o no, se complica el semestre, se complica el avance y preparación universitaria.

La BUAP, en una de sus peores crisis de los últimos años, es inevitable.
Vayamos a los dos polos existentes.

Mientras la rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Lilia Cedillo Ramírez, anunciaba una inversión de 160 millones de pesos para cubrir demandas, propuestas y exigencias de estudiantes de la máxima casa de estudios; otra ala de estudiantes, la que mantiene cerrada Ciudad Universitaria, se divide, escriben dos pliegos petitorios y entre jaloneos, no entregaron ningún.

Vaya.

Mientras la rectora camina y transita para cumplir las demandas de por lo menos 49 pliegos petitorios recibidos, otros alumos hacen su esfuerzo para empantanarse, auto bloquearse y alentan sus peticiones.

No se puede creer.

Este lunes se cumple la cuarta semana de movilización al interior de la BUAP.

Nadie sale mayormente perjudicado que los propios universitarios, que tan legítima es su protesta, que también, es legítima su obligación de que la vida universitaria no se detenga en lo académico, estudiantil, administrativo.

La vida universitaria se espera que esté cerca de volver a la normalidad.
La vida académica de la máxima casa de estudios está por retornar a sus aulas para preparar al futuro poblano.

La vida rectoral tendrá en breve que seguir con su paso importante, para impulsar el desarrollo de los universitarios.

Y por qué no, pese a este desencuentro la reelección de Lilia Cedillo Ramírez que se pedía aquel 4 de octubre pasado en el Auditiro del Complejo de Ciudad Universitaria.

Ya se verá.

De facturas, factureras y facturador.

(Una de dos partes)

Se presume en Puebla de un nuevo rico, de un amasador de fortuna de manera ilícita.

Presume tener contacto con los más altos niveles del gobierno federal y estatal, por ello, está cubierto.

Mientras tanto ejecuta su presunto negocio facturero en la entidad poblana.

Además, se dice que ocupa su posición para hacerse de casas, sabiendo que tienen dueño, que sus negocios y su fortuna es de dudosa procedencia.
Yo no lo sé de cierto, pero lo supongo, este es un caso serio para la Unidad de Inteligencia Financiera, que tendría que estar abriendo una investigación cuánto antes.

Además, este personaje facturero, con su infulas de nuevo rico, tree guaruras, chóferes y juega golf todos los días.

Vamos un nuevo rico marajá facturero.

Su nombre, grábeselo bien, es: Sarquis Jalil Zarazua.

Que baisano, tan sin embargo, que se presume de facturador.