Atrapados en las drogas (Primera parte)

Por Fátima García

El hombre drogado vive un goce mórbido,
“contemplación de lo demoniaco y lo divino,
como una realidad inseparable,
como una realidad última”
Octavio Paz

Las drogas son tan antiguas como el hombre mismo. La historia nos cuenta que dentro de las organizaciones ceremoniales y rituales establecidas en las culturas primitivas, éstas actuaban como medio para comunicarse con sus dioses, pues les adjudicaban poderes sobrenaturales.
Tan solo por poner un ejemplo, recordemos a las musas, estas grandes divinidades de inspiración poética quienes cedieron el paso al opio, láudano, hachís y el vino; pues para el imaginario griego, existía una relación entre las drogas con la expresión escrita y desde luego, la literatura.
Sin embargo, los pasos agigantados de una civilización con mira hacia el desarrollo, la crisis religiosa y los problemas socioeconómicos del siglo XIX, abrieron un interés por la ciencia, quien se ha encargado de descifrar el secreto del paraíso químico.
Desde luego, el malestar social y cultural que conlleva el mundo de las drogas, se ha convertido en un grave problema no solo en la salud, sino en el incremento de la violencia, pues sigilosamente se supo introducir en la sociedad moderna, siendo que los estilos de vida que hemos adoptado en el mundo del mercado y el aumento del ritmo de la circulación de la mercancía, ha generado un duro golpe a la estabilidad social y las políticas de desarrollo que declinan un peligro para los adolescentes y adultos jóvenes, quienes se ven más vulnerables a consumir.
Este fenómeno, también actúa como eje de las economías de los países productores y consumidores, además no podemos negar que existe un vínculo clandestino con la política, corrompiendo las instituciones y a ciertos funcionarios públicos quienes actúan frente a la ciudadanía bajo la careta de doble moral y a quienes podemos tildar de “delincuentes de cuello blanco”
Es así que, la crisis social que enfrentamos aunada a los aparatos ideológicos del Estado, tienen una gran responsabilidad en generar un escenario cultural propicio para la escalada de violencia y delincuencia en el país, pues se ha hecho común encontrar diariamente noticias relacionadas a conflictos armados entre grupos del crimen organizado por acaparar territorios para la distribución de droga, así como común se volvieron los asaltos con tal de conseguir un poco de ella, sin embargo, hay que recordar que lo común no es lo normal.
Esta decadencia social, se cristaliza en un preocupante sentimiento de vacío que, además de destruir los lazos familiares, resquebraja poco a poco los valores estéticos y morales, así como las normas de convivencia social entre los individuos.
Cabe mencionar la adicción a las drogas se conoce también como trastorno de consumo de sustancias. Sabemos que es una enfermedad que causa daños al cerebro y, por ende, al comportamiento de quien la consume, pero si lo pensamos como una enfermedad ¿cómo es entonces que una persona puede enfermarse de drogadicción?