Aréchiga, como entró, salió

José Antonio de la Vega Moreno

El ahora ex secretario de Movilidad y Transporte, Guillermo Arechiga Santamaría, deja la dependencia como entró, sin la confianza del gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta.

Patrullas resguardando el inmueble, cellos en puertas, dejan mal parado al maestro. Qué le habrán encontrado o qué habrán observado.

Su salida -largamente anunciada- por la puerta de atrás de la dependencia, demuestra que su trabajo nunca funcionó y nunca dio frutos tras el alza al pasaje de 6 a 8.50 pesos.

Nunca llegó la tan anhelada transformación y modernización del transporte público, las cámaras de vigilancia en combis, micros y camiones nunca funcionaron, no sólo eso, nunca llegaron.

Siempre lo asenté en este espacio, el trabajo de Guillermo Arechiga Santamaría, era más gris que sus trajes que usaba o una aún.

El ejecutivo del estado ya había mandado mensajes de que Arechiga no cabía en su gabinete, no estaba a la altura, pero sobre todo, la confianza nunca se la ganó, no trabajó para ello el maestro.

La salida de este funcionario tiene que ser debidamente explicada, por que se observan dos vertientes, independiente de que al interior de la Secretaria de Movilidad, se presume actos irregulares que nunca gustaron al ejecutivo.

La primera de ellas, es qué se observó, qué se encontró en el actual de Guillermo Arechiga Santamaría, para haberlo echado como lo hicieron.

La segunda y pensando en voz alta, habría un rompimiento de la actual administración con la ex líder del SNTE, Elba Esther Gordillo y por eso la forma de como dirime del cargo o cómo lo hicieron dirimir del mismo.

Irá directo a incorporarse a la diputación federal que tiene como estatus de licencia en San Lázaro y que concluye en menos de siete meses.

El gris de Guillermo Arechiga Santamaría, se va como empezó en la Secretaría de Movilidad y Transporte, sin confianza, alejado del gobernador, el transporte sin resultados, sin modernización, sin seguridad, sin cámaras de vigilancia, sin que funcionaran los botones de pánico, además, un transporte, además de golpeado por la delincuencia, no es digno del aumento que él mismo Arechiga asestara a los bolsillos de los usuarios y de la sociedad en general.

La salida de Aréchiga se veía venir, pero no así.

Regresa a la diputación federal o esperará a ver qué le da Redes Sociales Progresistas rumbo a la elección del seis de junio próximo.

Al tiempo.