Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Mal, muy mal empezó la autodenominada Cuarta Transformación prometida por Andrés Manuel López Obrador para cambiar a México.
Ya sabemos que las campañas son usadas para “engañar” al pueblo y conseguir los votos necesarios para ganar las elecciones.
Dicen que prometer no empobrece.
Y AMLO prometió cambiar de fondo este país y simplemente él y Morena han empezado con el pie izquierdo.
Sin duda alguna el peor episodio fue el cambio de votación para permitir que Manuel Velasco obtuviera licencia al cargo de senador para regresar a gobernar Chiapas, a cambio de cuatro diputados federales del PVEM que se pasaron a Morena para tener la mayoría absoluta.
¿En qué quedamos?
¿No que el molde de los políticos corruptos y tradicionales se rompió el pasado 1 de julio?
No que AMLO repudiaba los acuerdos en lo “oscurito” entre el PRI y PAN.
Hoy los acuerdos siguen en los oscurito pero los hacen Morena y el PVEM.
¿Y el cambio prometido?
Y ahí están Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra que prometieron ejercer un papel digno desde el Senado y abiertamente participaron en el trueque con el PVEM.
Y eso no es todo.
Los diputados federales prometieron en campaña donar el 50% de su salario para las universidades públicas de este país.
Y resulta que tampoco lo cumplirán.
Su argumento es que si los diputados de Morena se bajan el salario entonces los otros partidos políticos podrían aprovechar para invitar a los legisladores morenistas para mantener su dieta intacta.
Y por esa razón no cumplirán su promesa.
Pero no es todo.
Ahora resulta que las pensiones prometidas por el propio AMLO para adultos mayores sufrieron un cambio en la edad.
Ahora los beneficiados deberán tener 68 años y no 65 años como actualmente ocurre.
Ya nada más falta que no cancele las pensiones a los ex presidentes y no venda del avión presidencial.
Mal, muy mal empezó la llamada Cuarta Transformación con AMLO y Morena.
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