Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Andrés Manuel López Obrador es un presidente popular, pero no respetado por todos.
Es un presidente que ya cayó en todos los excesos que tanto criticó de los gobiernos del PRI y PAN.
Ahora es un presidente que polariza y divide a la sociedad mexicana.
Por una parte, están sus seguidores, sus fieles militantes de Morena que tienen trabajo en alguna dependencia, sus becas para adultos mayores, para los jóvenes que no la merecen (pero qué tal vez sí la necesitan), y su discurso no ayuda porque lleva a los mexicanos a la confrontación.
AMLO no acepta la crítica, se siente atacado y contraataca.
AMLO se vuelve el hombre poderoso de la Presidencia de México y se lanza con todo su poder contra sus críticos y detractores.
El burdo ataque a Carlos Loret de Mola representa un signo de intolerancia y de mal uso del poder y de los recursos de la Presidencia.
AMLO no perderá el apoyo de sus simpatizantes, ni sus empleados, ni de sus beneficiarios por las becas.Pero sí ganará más rencor de sus críticos y detractores.
Que lejos está el AMLO que tanto cuestionó los excesos de los hombres que ocuparon antes la silla presidencial.
Hoy él actúa igual que ellos.
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