Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) mantiene muy alta su popularidad entre sus simpatizantes porque no ha cambiado su discurso de ataque a la corrupción, de apoyar a la gente más necesitada y de enfrentarse con lo que llama “los conservadores”.
En ese sentido queda claro que AMLO goza de lealtad de sus seguidores que lo defienden en redes sociales con las clásicas respuestas de que “no se decía nada antes”, “no se criticaron a los ex presidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto”, “la culpa del desastre del país es del PRI y del PAN”, entre otras.
Sus detractores lo señalan de ser un hombre mentiroso, de que su discurso ya no convence a los mexicanos y que el gobierno es un desastre, además de que no ha cumplido sus promesas de campaña.
Todos los días AMLO está en la polémica porque en su estilo de gobierno no admite la crítica –aunque sea constructiva-.
Desde luego que para hacer una evaluación del primer año de gobierno de AMLO hay que poner sobre la mesa aspectos positivos y negativos.
En el caso de lo positivo se debe destacar que él y sus funcionarios no están metidos en escándalos de corrupción, sigue el apoyo a personas de la tercera edad y ya incluyó a los jóvenes a ese esquema de becas.
Sin embargo, el estancamiento económico y las fallas en materia de seguridad son los puntos débiles de AMLO.
La economía no camino y eso se refleja en el bajo poder adquisitivo de la gente.
Y, desde luego, la seguridad se mantiene como el gran pendiente en la mayoría del territorio mexicano.
Desde luego que no se puede cambiar un país en apenas un año, sin embargo, sí se podrían esperar mejores resultados en el corto plazo.
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