Erick Becerra
¿Sabrá el alcalde de Cuautinchan, Raúl Babines Pérez, que está boicoteando la construcción del Tren Maya, obra magna del presidente Andrés Manuel López Obrador?
Por si no sabe aquí lo pongo al tanto.
Y es que la tarde de este jueves, autoridades del ayuntamiento de Cuautinchan colocaron sellos de suspensión de actividades, acusando que la planta de CEMEX mantiene adeudos por concepto de impuestos y que carece de algunos permisos.
Sin embargo, CEMEX está al corriente en todos los pagos de impuestos y tiene todos sus permisos vigentes y actualizados en Puebla (tengo pruebas en mi poder).
Sorprenden a todos, particularmente a la empresa, las acciones del ayuntamiento porque carecen de todo sustento.
De hecho, demostrando liderazgo, el año pasado el gobernador Miguel Barbosa exigió al ayuntamiento dejar trabajar a la empresa, pues en diciembre hizo lo mismo.
CEMEX mantiene excelentes relaciones basadas en la colaboración con los gobiernos del estado, el federal y con los demás municipios.
El gobernador ha buscado en todo momento que se cumpla el Estado de Derecho y ha sido garante de la legalidad, de velar por que se cumpla la ley, además de ser impulsor de acciones en beneficio de los poblanos durante la pandemia, muchas de ellas en las que CEMEX ha participado -como la construcción en tiempo récord de una unidad hospitalaria para el IMSS en Puebla.
Por eso sorprende la actitud del ayuntamiento que actúa sin fundamento (y sin consultarle, por ejemplo, al responsable de la gobernabilidad en la entidad, el secretario de gobernación, David Méndez).
La Planta de Tepeaca es una de las más grandes y modernas de América, y de ahí se provee cemento y otros productos para la construcción de obras muy importantes, tanto públicas como privadas, entre las que destacan El Tren Maya, El Aeropuerto Felipe Ángeles y la Refinería de Dos Bocas.
Esta suspensión de actividades que realiza el ayuntamiento, además de no tener sustento, pone en riesgo el suministro de materiales para estas obras.
Desde los corrillos:
Frijoles y circo
El presidente Andrés Manuel López Obrador demostró que a casi dos años de gobernar este país mantiene el control de los poderes Legislativo y Judicial (el Ejecutivo le cuesta mucho trabajo con tanta renuncia de sus secretarios).
Pero con el fallo ayer de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) pues estará muy feliz extendiendo su campaña del 2018 hasta el 2021, levantando las cabezas de los expresidentes para ofrecerla a las fauces del “pueblo bueno”.
Es una lástima, pero así es la política; más aún, así es México.
Termino con la frase del ministro Javier Laynez: “La justicia no se consulta”.
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