Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Cuánta razón tiene el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, para ordenar el despido inmediato de Francisco Javier Narro Robles, del Instituto de Capacitación para el Trabajo de Puebla (ICATEP) por un posible desvío de recursos entre 5 y 11 millones de pesos.
El morenovallista convirtió a los 17 centros del ICATEP en una verdadera mina de oro para sacar recursos no auditables por los cursos y tiene las instalaciones en pésimas condiciones.
Varios lugares están convertidos en un verdadero cochinero y en una bomba de tiempo que pone en riesgo a los trabajadores y las personas que acuden a esos lugares.
Aquí una denuncia de lo que ocurre en el ICATEP de Cholula sobre las pésimas condiciones:
“Te comento dentro de las instalaciones de los Centros de Capacitación para el Trabajo ICATEP de San Pedro Cholula se vive un ambiente de carencias y vale madrismo por parte del personal administrativo que labora en dicha institución.
Se reportan carencias en diferentes áreas.
En el área de preparación de alimentos tiene 2 años una fuga de agua en el sespol de las tarjas, las cuales anegan el piso de dicha área y han ocurrido accidentes dentro del mismo, y a su vez, la institución se lava las manos ya que los cursantes no cuentan con ningún seguro en caso de accidentes.
Los hornos que se manejan son de gaveta y uno de ellos no está operativo ya que no sirve el termómetro, existe equipo que está, pero no es operativo porque está dañado o presenta fugas de gas, o tiene la orden de no entregarlo para su uso, como lo son unas batidoras que tiene 2 años que se compraron y están en bodega das, utensilios de cocina que ya no son útiles y pueden ocasionar accidentes como ollas, sartenes, cacerolas etc.
Los alumnos tienen que cocinar en hornillas que están rotas y oxidadas, los refrigeradores tiene 6 meses descompuestos, porque no tiene presupuesto, las llaves de agua de las tarjas están amarradas con un alambre para que no se muevan y pegadas con silicón.
Las mesas de trabajo son de laboratorio de química y no de acero inoxidable como marcan las normativas en preparación de alimentos, no tiene campanas extractoras por lo cual se acumula el humo dentro de ellas en ocasiones se cancelan las prácticas porque no surten el gas en tiempo y forma, los compañero tiene que aportar para la compra de insumos de limpieza porque tampoco existe recurso, se tiene que cooperar para la compra de agua de garrafón para las prácticas y un largo etc.
Y en oficinas hemos ido a reclamar y nada más nos dan largas, despidieron a un profesor de Computación y vaciaron un aula de medios, 2 chefs que impartían cursos de Preparación de Alimentos les dieron las gracias por quejarse y así un largo de deficiencias.
Pero eso sí la cuota de recuperación de los cursos bien gracias, el costo es de $ 540 y te entregan un recibo sin membrete. No auditable”.
Hasta aquí la queja que ilustra a la perfección los cochineros en que están convertidos los centros del ICATEP.
El gobernador debe ir a fondo en la auditoria a Narro Robles.
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