

Carlos Gómez / @gomezcarlos79
El caso de una menor de 12 años violada en la comunidad de Atla en Pahuatlán refleja dos realidades distintas de la violencia contra las mujeres:
Primero el deficiente sistema de justicia que tenemos en Puebla, debido a que en la Casa de Justicia de Huauchinango no recibieron su demanda porque no tenían un traductor que hablar náhuatl y les dijeron que regresaran en cinco días.
Aunque la menor llegó agotada por cuatro horas de camino junto con su mamá (quien llevaba a un bebé en brazos) y su abuela, no recibieron ningún tipo de apoyo por parte de la FGE.
Decepcionadas del trato se iban a marchar, pero afortunadamente el caso llegó hasta los colectivos de mujeres en Huauchinango y se hizo viral en redes sociales no sólo por lo grave de la violación a la menor, sino porque la falta de empatía y capacidad de la FGE para atender a los grupos indígenas de Puebla.
Afortunadamente, las encargadas de la Casa Carmen Serdán en Huauchinango las arroparon, las protegieron y las apoyaron para presentar la denuncia penal y esperar que la FGE haga su trabajo y castigue al o a los responsables.
Por eso son sumamente importantes las Casas Carmen Serdán en todos los rincones del estado.
Las mujeres necesitan apoyo para enfrentar a sus agresores y las fallas del terrible sistema de justicia en nuestro país.
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