Sigamos borrando de la historia a Gustavo Díaz Ordaz

Carlos Gómez/ @gomezcarlos79

El 13 de octubre del 2012 en una sesión de Cabildo del Ayuntamiento de Puebla se votó a favor de cambiar el nombre del bulevar Gustavo Díaz Ordaz por Mártires del 2 de Octubre.

Con 12 votos a favor y 8 en contra el Cabildo aprobó el cambio del nombre de la vialidad, que está ubicada en la zona de Plaza Dorada en Puebla capital.

Fue un acto simbólico, pero en términos prácticos, históricos y de justicia no pasó nada.

Ayer el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, propuso quitar el nombre del ex presidente de México de todas las escuelas públicas de la entidad.

Pidió a la SEP realizar una consulta entre estudiantes y maestros para saber si están de acuerdo y qué nombres proponen para las 19 instituciones que llevan el nombre de Gustavo Díaz Ordaz.

Sin lugar a dudas sería otro acto social simbólico, pero tampoco sucederá nada para hacer justicia a los estudiantes asesinados el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de Las Tres Culturas en Tlatelolco.

Podría parecer un acto poco atractivo para las nuevas generaciones, pero la propuesta del gobernador lleva un mensaje de “no olvidar” la masacre de estudiantes.

Por eso la consigna que dice: “2 de octubre no se olvida” sigue y deberá permanecer vigente.

Y aunque parezca irrelevante el cambio del nombre de las escuelas, sirve para honrar la memoria de los estudiantes fallecidos.

El nombre del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz y la represión que ordenó deben quedar en el basurero de la historia.

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gomezcarlos79@gmail.com