Vera Fernández
La renuncia de Néstor Camarillo al Partido Revolucionario Institucional (PRI) era un rumor que corría por los pasillos de la política nacional desde hace más de un mes.
El senador prefirió negociar con el presidenciable del 2030, Luis Donaldo Colosio Riojas, su entrada a Movimiento Ciudadano (MC) antes que quedarse a recoger las ruinas del priismo.
El potencial perfil del partido naranja empezó a recibir mensajes de Camarillo Medina desde hace semanas, para solicitar una reunión con él, aprovechando el acercamiento que tuvieron como compañeros de escaño en el Senado.
Néstor prometió formar y entregar a Colosio una estructura política sólida en Puebla, para nutrir y concretar sus aspiraciones rumbo a la presidencia de la República.
Colosio, a cambio, accedió a brindarle refugio en Movimiento Ciudadano para salvarlo de recoger lo poco que queda del PRI a nivel nacional y local.
Sin embargo, hubo muchos que le advirtieron a Luis Donaldo que Néstor es de cuidado y que llegado el momento, lo va a traicionar como lo ha hecho con varios en su camino.
El ejemplo más claro fue con Jorge Estefan Chidiac en el proceso electoral de 2024, cuando con todo y que era su padrino político, lo entregó con Alito Moreno para quedarse con la primera senaduría de la coalición opositora.
Tampoco le importó darle la espalda a sus liderazgos más importantes y que militaron en el PRI por tantos años. Y ahora, no le importará terminar de desfondarlo, con tal de cumplirle la cuota a Colosio en MC.
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