Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Un par de mensajes fueron suficientes para definir lo que ocurre en estos momentos al interior y exterior de la BUAP:
La rectora Lilia Cedillo recalcó que las fortalezas de la BUAP son el diálogo y la diversidad.
El gobernador, Sergio Salomón, recalcó el absoluto respeto a la autonomía universitaria y agregó que la BUAP jamás será un botín político.
Con estos dos mensajes se definió el rumbo por el cual transita la máxima casa de estudios en donde los estudiantes, académicos y trabajadores universitarios son el eje central.
Por eso el apoyo de las becas, a las madres universitarias, a los jóvenes del interior del estado y, sobre todo, el proyecto de Ciudad Universitaria 2 que podrá albergar hasta 30 mil jóvenes en la zona de Valsequillo.
Los asistentes al Segundo Informe confirmaron que la máxima casa de estudios está una académica que está alejada de las ambiciones políticas de sus antecesores (entre ellos estuvieron presentes Enrique Doger y Enrique Agüera) y su trabajo está concentrado en generar condiciones óptimas para que los jóvenes tengan una preparación académica y de responsabilidad social de acuerdo con las demandas actuales de la sociedad.
La BUAP hoy vive en ambiente cien por ciento académico y el gobernador, Sergio Salomón, y el alcalde, Eduardo Rivera, han aportado todo lo que está a su alcance para apoyar los proyectos de la rectora, Lilia Cedillo.
Puebla y sus jóvenes estudiantes son los principales beneficiados de estos momentos de estabilidad al interior de la máxima casa de estudios y, sobre todo, de los proyectos que ya están en marcha.
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La senadora Nancy de la Sierra regresó al PRI para presionar al alcalde de Puebla, Eduardo Rivera, para la candidatura a la gubernatura de Puebla por el Frente Amplio por México.
En realidad, Nancy de la Sierra no tiene los números para competir por la gubernatura, pero servirá a los interés del PRI para negociar la mayoría de candidaturas que sean posibles.
Eso implicará que la alianza del PRI-PAN-PRD podría debilitarse y se confirmaría que el tricolor, en realidad, está jugando para Morena y no a favor de Eduardo Rivera.
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