¿Y qué hacen los concesionarios para merecer aumento al pasaje?

Foto: En Punto

Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Los concesionarios del transporte público de Puebla no viajan en sus propias unidades viejas, inseguras, con llantas gastadas, con música a todo volumen y con el riesgo de ser asaltados y no contar con cámaras de seguridad y botones de pánico.
Tampoco manejan más de doce horas al día, con la presión de juntar más de mil pesos diarios de cuenta, más la gasolina, el pago a los checadores, las extorsiones de los delincuentes –en el caso de las rutas que pasan por el centro de la ciudad-, no comer, ni poder ir al baño, entre otros inconvenientes.
Nada de eso conocen los concesionarios.
Ellos tienen sus automóviles en buenas condiciones y mandan a sus hijos a escuelas particulares –obviamente no los envían en el transporte público-.
Y ayer que decidieron dejar de prestar el servicio afectaron a miles de familias y nada de eso les importó.
Nunca les han importado los pasajeros, ni su seguridad, ni su bienestar, ni que viajen cómodos en unidades limpias y nuevas.
Tampoco les importó usar a sus conductores como carne de cañón en la protesta de ayer.
A los concesionarios no les importa que sus operadores estén enfermos, desvelados o que andan con un permanente estrés.
No les dan días de descanso, ni horarios fijos, ni un salario estable o prestaciones o apoyos en caso de que se enfermen.
Y en el colmo del cinismo se ponen a pedir aumento en el transporte público.
Algunos pidieron hasta quince pesos.
Son unos verdaderos cínicos que secuestraron vialidades principales en la ciudad de Puebla en un acto de chantaje.
Tony Gali ya advirtió que no caerá en esos chantajes y no permitirá que secuestren nuevamente la ciudad y no afectará la economía familiar.
Los poblanos merecen un mejor servicio del transporte público, más moderno y seguro.
Y mientras no ocurra eso, los concesionarios no merecen ningún aumento al pasaje.
** ** **
gomezcarlos79@gmail.com