La Asociación Alemana de Salvavidas (DLRG) advirtió sobre el creciente número de niños ahogados debido a la fijación de sus padres con los teléfonos celulares, informa The Guardian.
“Muy pocos padres y abuelos siguen el consejo: cuando sus hijos y nietos están en el agua, guarden su teléfono inteligente”, explicó Achim Wiese, vocero de DLRG.
En total, este 2018 al menos 300 personas han muerto ahogadas en Alemania y los salvavidas creen que los padres de familia miran a las piscinas como un jardín de infantes y dejan de prestarle atención a sus hijos. En este sentido, también culpan al sistema escolar por no hacer obligatorias las clases de natación.
Apenas unos días, la noticia de un niño de siete años que murió en Marktredwitz conmocionó al país, que piensa que Alemania corre el riesgo de convertirse en una nación de no nadadores.
“La gente se ahogó este verano en particular porque no sabían nada sobre la temperatura del agua y las corrientes en las que han estado, o porque repentinamente tuvieron un calambre y no tenían idea qué hacer”, comentó Axel Dietrich de DSV.
Fuente: SDP Noticias
