Terrible diagnóstico de inseguridad para el próximo gobernador

Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Sin importar quién gane en las elecciones el dos de junio, el próximo gobernador de Puebla deberá resolver con urgencia puntos críticos en materia de inseguridad que aquejan a buena parte del estado.
Miguel Barbosa, Enrique Cárdenas o Alberto Jiménez, quien sea de los tres, empezará su administración con el siguiente diagnóstico:
El asalto y robo del equipo de trabajo de Café Tacvba en la autopista Puebla – Córdoba es el reflejo de que esa vialidad es quizá la más peligrosa para el transporte de carga en todo el país.
La zona del llamado Triángulo Rojo bajó en cierta medida el robo de gasolina y diesel porque cerraron los ductos, pero ahora se han dedicado al asalto a transportistas en la Puebla – Córdoba, secuestros, extorsiones, entre otros delitos.
La zona sigue igual de peligrosa y llena de delincuentes.
El robo de gas LP –ante el cierre de ductos de gasolina y diesel- generó otra modalidad para los huachicoleros que han convertido a Acatzingo, Amozoc, Huixcolotla, Tepeaca y la ciudad de Puebla en verdaderos focos rojos en materia de inseguridad.
En la zona de Ciudad Serdán sigue en operaciones la banda de El Bukanas quien opera en Puebla y Veracruz y prácticamente domina diversas áreas de la delincuencia.
En la capital poblana siguen sin capturar a El Grillo y la zona de Clavijero y Xonacatepec son zonas muy peligrosas por la cantidad de homicidios que se cometen debido a que ahí operan las bandas más peligrosas de la ciudad.
En pleno Centro Histórico el ambulantaje y la delincuencia son un verdadero dolor de cabeza.
En el corredor de Cuautlancingo, Huejotzingo y San Martín Texmelucan las autoridades municipales están rebasadas y la delincuencia supera con facilidad a los cuerpos de seguridad.
Las alcaldesas de esos municipios no tienen la capacidad de hacer frente a la delincuencia y prácticamente son zonas que están bajo control de los delincuentes y para muestra están las personas descuartizadas y los ejecutados de las últimas semanas.
Lamentablemente algo similar ocurre en Atlixco.
Y ya ni qué decir del corredor de Zacatlán y Chignahuapan, así como Huauchinango en donde han aumentado los asaltos, la presencia de huachicoleros y las ejecuciones.
Es un panorama muy difícil con el que arrancará labores el próximo gobernador.
Por el bien de los poblanos esperemos que el próximo mandatario en verdad tenga la capacidad y un plan eficiente para detener la inseguridad que aqueja a casi toda la entidad.
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