Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Miguel Barbosa, José Juan Espinosa, Gabriel Biestro, entre otros, apuestan al caos social, a la parálisis legislativa y a la ingobernabilidad para tratar de acorralar a la gobernadora electa, Martha Erika Alonso, y poco o nada les importa que los poblanos sean los principales perjudicados.
Es una apuesta muy arriesgada de Morena el intentar boicotear el gobierno de Martha Erika Alonso durante los próximos tres años para buscar deteriorar la imagen del PAN y tratar de mantener las posiciones en el Congreso del Estado, la Cámara de Diputados Federales y los Ayuntamientos de la zona metropolitana de Puebla.
Ayer lo dijo Miguel Barbosa: Morena no permitirá que el PAN recupere los espacios que perdió en las elecciones del pasado 1 de julio.
Su estrategia de oposición está alejada del tema social y está centrada en el terreno político.
En esta guerra entre Miguel Barbosa, José Juan Espinosa y Gabriel Biestro contra Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso los únicos perjudicados serán los poblanos.
Es una guerra política que meterá al estado en una parálisis permanente y eso provocará un rezago inevitable para la entidad.
El llamado que hizo Martha Erika Alonso a la reconciliación no fue aceptado por Morena y, por el contrario, se respondió con una declaración de guerra sin tregua.
Morena se equivoca al pensar que la mayoría de poblanos defienden su “lucha” por el llamado “fraude electoral” y ayer se demostró con la nula participación a la marcha convocada por la ratificación del triunfo de Martha Erika Alonso.
Y tampoco responderán miles de poblanos al llamado de Miguel Barbosa.
Los poblanos están preocupados por la seguridad, por los asaltos, balaceras, cuerpos mutilados dejados en la vía pública, la falta de alumbrado, bacheo, problemas de movilidad urbana por el inicio de la Línea 3 de la RUTA, la falta de empleo, entre otros aspectos.
Se equivoca Morena en promover la parálisis legislativa y la ingobernabilidad en Puebla, ya que los poblanos tomarán nota de su terquedad por no aceptar una derrota electoral y el daño que causen a la sociedad se los cobrará dentro de tres años en las urnas.
Ya lo verá.
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