Lo femenino no es sólo asunto de mujeres. Femenino/Masculino

Síntoma&Sinthome

Lo femenino no es sólo asunto de mujeres.
Femenino/Masculino

Muy a menudo es por el lenguaje que el otro se altera;
dice una palabra diferente,
y escucho zumbar de una manera amenazante todo otro mundo,
que es el mundo del otro.”

Roland Barthes/ Fragmentos de un Discurso Amoroso

La controversia actual que ha desatado la mirada hacia los fundamentalismos feministas en torno al patriarcado y los privilegios masculinos, la irrupción de las palabras respaldando cada una de las posturas en las que hombres y mujeres se instauran en lo psíquico, familiar y social; generando un debate sin lugar a tregua entre ambos.
Las posiciones femeninas y masculinas, han sido segregadas unas de otras, a través del lenguaje, de las construcciones sociales, de los roles que tienen que “asumir” hombres y mujeres, de la política como algo ajeno al sujeto, tal como lo anuncia el subtítulo de este artículo, se cree que ambas posiciones no son iguales, o no son parte de lo mismo.
Desde el inicio en la historia del ser humano, se ha creído que lo femenino sólo compete a la mujer, y lo masculino es exclusivo de los hombres, la gran desmentida en la que se han construido los cimientos de nuestra civilización.
Es preciso y apremiante aclarar que lo femenino ni lo masculino son exclusivos a un sexo determinado, no son posturas, no son roles, no son estereotipos, ni lados que hay que asumir de manera natural, pero que si han sido adjudicados socialmente; ambas son posiciones que existen tanto en el hombre como en la mujer.
Uno de los problemas fundamentales, en los vínculos conformados en nuestra sociedad, me atrevo a indagar, es negar, huir, ocultar, rechazar, subordinar la posición femenina ante la masculina en cada sujeto, independiente del sexo.
Por ello, se han elaborado construcciones sociales, que devienen en nuestros vínculos; sin lugar a duda el patriarcado ha imperado en nuestras relaciones íntimas, familiares, sociales, culturales, políticas y hasta económicas.
Hoy en día nos encontramos ante una pelea enardecida que constriñe en los discursos de género: femenismo y machismo. Dónde las palabras expresadas, no dan lugar a la escucha ni al diálogo, pero si al confrontamiento y a la violencia, transitando en ofensas, insultos, y acciones denigrantes que se convierten en hechos transgresores, para ambas partes.
Como lo sugiere Millet la supremacía masculina, al igual que los credos políticos, no radica en la fuerza física, sino en la aceptación de un sistema de valores cuya índole no es biológica.
Con lo anterior coloca el énfasis de la desigualdad en el concepto del patriarcado y el poder, dilucidando que este sistema es el fundamento de la dominación de las mujeres por los hombres, insistiendo en el carácter sexista de todas las sociedades a lo largo de la historia, es decir, el patriarcado se adapta a los diferentes contextos sociales, políticos y económicos.
Navegando por las “redes sociales” se lee el discurso de personas que hacen uso de estos medios, ante el aumento de casos de feminicidios, en el imaginario colectivo, se busca la culpa.
Quién tuvo la culpa, la mujer por estar con ese hombre violento, por salir tarde, por no saber elegir compañías, por andar solas, por su manera de vivir, por vestirse de determinada manera, etc., pocas veces se nombra la culpabilidad de ese hombre que comete el crimen.
Se segregan estas situaciones, como si sólo sucedieran por las elecciones de los sujetos involucrados, y no por otras causas, por ejemplo, en una nota periodística se nombra “En Puebla, 271 mil personas creen que está bien que un hombre le pegue a una mujer: INEGI”, uno de los usuarios, comentó “Esta es la raíz de los feminicidios” ¿Quién es responsable? ¿El gobierno?
Lo cuestionable de esto no es la nota, ni las palabras del usuario, sino el discurso existente en la sociedad en general, la “ola de feminicidios” como si sólo fueran números todas las mujeres involucradas en estos actos de extrema violencia.
Más la repetición de estos actos debería darnos una alerta, no sólo ante la creciente de esta situación, sino la manera en cómo lo estamos viviendo, en cómo lo percibimos, en cómo le restamos importancia porque “eso le pasa a otros” y no a mi o a mi familia”
Aunque sabemos por las noticias en medios televisivos, radiofónicos y escritos, que estos hechos suceden, qué es lo que se hace al respecto, tanto en la sociedad como en instancias gubernamentales, diserto de lo que el usuario nombra, no se trata de “echar culpas” sino de asumir responsabilidades, tanto de los sujetos, la sociedad y gobierno, uno no está aislado del otro.
Con esto intento elucidar sobre como el discurso social se mueve, a través de las palabras y los actos, por ello comparto lo que Miller nombra siguiendo la línea de Simone de Beauvier “Lo personal es político” desde los años setenta, se nombró “mujer no se nace, se hace”, por lo que Millet afirmó: “El sexo es una categoría social impregnada de política”.
Con base a esta idea se denuncia que en el ámbito privado, que hasta hoy en cierta medida sigue siendo ajeno a la política, debido a que en este espacio se desarrollan relaciones de poder que sustentan la base del resto de estructuras de dominación en el ámbito público.
Por tanto, es necesario entender que las situaciones de maltrato vigentes, no sólo son problemas individuales, sino que son sociales y provienen de una desigualdad común.
En agregado a esto, cabe mencionar que los hombres no las escuchan a ellas, estos hombres sólo obedecen lo que dicen otros varones, como lo menciona Lutereau; algunos hombres se definen como parte del movimiento de lucha social de las mujeres, pero lo único que se vislumbra es lo que se enmascara del machismo, porque no quieren escuchar nada, sólo identificarse a una masa.
Ante esto, surgen cuestiones que plasman, posibles reflexiones para esta situación:
¿Aún creen que el gobierno no tiene ninguna responsabilidad, para incidir en las posibles causas del feminicidio?
¿La política, no tiene nada que ver con la vida emocional, familiar, social, económica del sujeto?
¿Qué acciones están pendientes para que de una vez se tomen cartas en el asunto en la creciente de los casos de feminicidios?
¿Lo femenino, sólo es asunto de mujeres?

Mtra. María Estela Morales
Docente y Psicoanalista
Egresada de la Mtría en Psicología Clínica UPAEP
Investigación e Intervención Psicoanalítica de causas sociales en México
Miembro de Lapsus de Toledo
Integrante del proyecto Apertura Puebla: Sociedad Psicoanalítica.

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