Extrema desconfianza en el PRI

Carlos Gómez / @gomezcarlos79
En estas horas cruciales que vive el PRI para definir el candidato a la gubernatura de Puebla es evidente prevalece una extrema desconfianza.
Las tres cartas que maneja el PRI para la gubernatura tienen su propia interpretación.
La más recurrente es que si el candidato es Juan Carlos Lastiri, entonces quedará confirmado que existe un pacto entre el PRI y el PAN para que Martha Erika Alonso sea la próxima gobernadora.
No sería extraño -hasta para los propios priistas- que el PRI ayude a Rafael Moreno Valle para mantener el poder en Puebla.
Y Juan Carlos Lastiri y sus nulas probabilidades de triunfo confirmarían la hipótesis.


La segunda opción es que Jorge Estefan Chidiac sería el candidato del PRI a la gubernatura de Puebla para cumplir una campaña sin sobresaltos.
Es decir, su objetivo es cumplir con José Antonio Mead para que obtenga los votos que necesita para competir a nivel nacional.
Jorge Estefan Chidiac no competiría para ganar.
Participaría en el proceso electoral para tratar de garantizar votos a favor de José Antonio Meade y no para ganar la elección de la gubernatura de Puebla en común acuerdo con Rafael Moreno Valle.
Y la tercera posibilidad es que Enrique Doger Guerrero sea el candidato del PRI a la gubernatura de Puebla para poder competir de manera seria y sin acuerdo con Rafael Moreno Valle para intentar obtener el triunfo en territorio poblano.
Ninguna de las tres posibilidades es bien recibida por parte de los priistas.
Y es que Enrique Doger representa rescatar la poca dignidad que tienen los priistas para competir en una elección a la gubernatura.
Pero en la mente de los priistas ya queda muy poca dignidad.
Más bien la mente de los priistas está llena de desconfianza y pocas esperanzas de triunfo.
Así que pronto sabremos el destino del PRI.
Pero es evidente que no es nada alentador si se toma en cuenta que no contará en el estado de Puebla con el PVEM y el PANAL.
Esto realmente desanima a los priistas poblanos.
Mientras a nivel nacional se trabajó por la alianza con el PVEM y el PANAL, en Puebla a los priistas los volvieron abandonar.
Nada nuevo para los priistas.
Ya está acostumbrados a la orfandad.

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