Carlos Gómez / @gomezcarlos79
Nadie le podrá regatear al gobernador, Tony Gali, que cumplió su palabra de combatir de manera frontal a los grupos de huachicoleros en su breve mandato.
Pero fue más allá.
Hizo frente a los presidentes municipales, altos mandos de las corporaciones de Seguridad y a los policías corruptos de San Martín Texmelucan, Amozoc, Ciudad Serdán y ahora Tehuacán.
No es una tarea sencilla y requiere de un compromiso real para reconocer que la delincuencia organizada ya había infiltrado a las corporaciones policíacas municipales.
A Tony Gali y su secretario de Seguridad, Jesús Morales, les quedaban dos caminos: enfrentaban a los delincuentes y malos elementos o fingían que no pasaba nada.
Afortunadamente Tony Gali y Jesús Morales tomaron el camino de la responsabilidad y en un periodo muy corto ya han decomisado más de 8 millones de litros de combustible, con el apoyo de las autoridades federales metieron a la cárcel a los alcaldes de Palmar de Bravo y Atzizihuacan y están en capilla los ediles de Texmelucan, Amozoc, Ciudad Serdán y Tehuacán; además de cientos de malos policías en la cárcel o bajo investigación.
Estos son hechos concretos y palpables del combate a los huachicoleros y a los malos funcionarios.
Nadie podrá cuestionar a Tony Gali por su papel en el combate a la delincuencia organizada.
Rafael Moreno Valle y sus titulares de la SSP evadieron su responsabilidad y dejaron crecer el problema en el sexenio pasado.
Eso aún le pesa mucho a la figura del senador plurinominal.
La gente le recrimina a Rafael Moreno Valle que en su gobierno se haya expandido el problema del huachicol.
Eso no sucederá con Tony Gali.
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