La probable designación de Eduardo Rivera Pérez como candidato del PAN, nuevamente, a la Presidencia Municipal de Puebla, dejaría en ridículo a los morenovallistas y diputados priistas que votaron a favor de inhabilitarlo por 12 años y aplicarle una multa por 25.5 millones de pesos por las supuestas irregularidades que cometió cuando fue alcalde capitalino.
En abril del 2017 por mayoría de votos y en respaldo del dictamen elaborado por el auditor, David Villanueva, la mayoría de los diputados del PAN, PRD, Compromiso por Puebla, PANAL, PVEM y del PRI encontraron culpable a Eduardo Rivera de presuntas anomalías.
No hay que perder de vista que Eduardo Rivera siempre se dijo inocente y que el proceso de inhabilitación era una revancha política por parte del morenovallismo para tratar de frenarlo en su intención de competir por la candidatura del PAN a la gubernatura de Puebla.
Lo dijo una y otra vez, interpuso un recurso legal ante los tribunales, se refugió con Margarita Zavala y Josefina Vázquez Mota; en fechas recientes le sirve a Ricardo Anaya como contrapeso y ficha de negociación con Rafael Moreno Valle.
Si el PAN lo designa como el candidato del PAN a la Presidencia Municipal de Puebla en este 2018, entonces los morenovallistas harán el ridículo más grande de sus vidas.
Y quedará demostrado que David Villanueva y los diputados locales del Congreso del Estado actúan bajo consigna política, muy alejados de la legalidad y sólo inventaron las acusaciones en contra de Eduardo Rivera para frenar su proyecto político.
Lo que está en juego en estos momentos es la candidatura del PAN a la Presidencia Municipal de Puebla, pero hay más de fondo.
¿Con qué cara el PAN pedirá el voto a favor de Eduardo Rivera, cuando meses atrás apoyó un proceso de inhabilitación en su contra?
Una y otra vez, los voceros formales e informales culparon y sentenciaron a Eduardo Rivera.
Lo tacharon de todo.
Embargaron su casa.
Se metieron con su familia.
Lo persiguieron jurídica y políticamente.
Si Eduardo Rivera es designado como el candidato a la Presidencia Municipal harán el ridículo más grande de su vida.
Eduardo Rivera caminará con la frente en alto y sonriente por su victoria moral, legal y política ante Rafael Moreno Valle.
Y lo que viene sería de pronóstico reservado entre Eduardo Rivera y Moreno Valle.
Seguramente habría una revancha inmediata.
Son enemigos y no hay posibilidad de reconciliación.
Está mucho en juego, mucho más que la Presidencia Municipal de Puebla.
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