Cuando de la mujer se trata… En memoria de Don Manuel Díaz Cid

Autora: Fátima Adriana García Cabrera
Investigadora del orden social y psicoanálisis
Licenciada en Educación Primaria
Maestra en Psicología Clínica Infantil UPAEP

A Don Manuel Díaz Cid In memoriam

En la medida en que el machismo domine el
escenario, este fenómeno se irá agravando
con el tiempo.

Don Manuel Díaz Cid, 2016


Precisamente, decía el politólogo y profesor emérito de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, Don Manuel: “cuando de violencia a la mujer se trata, mucho depende de la escala social y el país en el que estemos hablando”

Quizá, si retornamos un poco a la Grecia Antigua, cuna de la política occidental, de la filosofía, la democracia y fiel seguidora de la religión politeísta, cuyo pueblo otorgó un fuerte valor a la cultura y al pensamiento, podemos notar que, a pesar de su importancia, la misoginia prevalecía como tendencia ideológica. Mientras el raciocinio era una virtud solamente de los hombres, el pecado y la impulsividad eran condiciones naturales en la mujer, por lo que, Grecia, luego de ser considerado desde épocas remotas como un país demócrata, la mujer, por cultura siempre quedaba en un segundo plano y carente de derechos.

La mitología griega, se fundó a partir de la imagen y semejanza de una sociedad que imaginaba y nombraba a sus dioses, los cuales, además de tener la facultad de acercarse a ciertos seres mortales, eran poseedores de virtudes, talentos, defectos, sentimientos y debilidades iguales a las de los hombres.

Dentro de su literatura, la figura de la diosa representa un papel más activo, sin embargo, dentro de su rol como heroína valiente, protectora de seres débiles, ambiciosa, sociable con el hombre triunfador, apasionada, sensual entre muchas tantas virtudes; existen ciertos capítulos donde aun siendo diosa, es despojada del poder de elección siempre adyacente al del hombre. Por ejemplo, Hera, Artemisa, Hestia, quienes aparentaban un carácter firme e igualitario; lo cierto es que los valores de la Antigua Grecia se reflejaron en los actos de los dioses varones.

Analizar el imaginario griego, nos sirve para introducirnos y al mismo tiempo entender la sintomatología de nuestra sociedad actual, pues a pesar de ser un pueblo con costumbres y tradiciones muy diferentes a las nuestras, su literatura se entrelaza con el malestar cultural que se ve reflejado en nuestra sociedad y que reside en el comportamiento de sus integrantes.

Los griegos nos muestran, que los dones de los dioses eran repartidos por el Olimpo, sin embargo, cuando de México se trata, podemos asociar este ejemplo con la teoría de las Élites, pues pareciera que el mundo está gobernado por una élite dominante, donde las doctrinas liberales economicistas se presentan delante de la comunidad con el argumento de que el modelo perfecto de ciudadano es el ciudadano rico, el que domina, el que puede comprar lo que desee a costa de lo que sea, incluso mujeres, arrancándoles sus derechos y materializando el valor simbólico de su ser en una realidad económica y social.

Para entender este fenómeno, analicemos como ejemplo, los esquemas económicos piramidales, donde en este tipo de negocios, los integrantes recomiendan e invitan a más clientes prometiéndoles mejorar su nivel de vida, adquirir un nuevo status y así poder tener todo lo material a su alcance, alejándose de su realidad económica, pero acercándose al mismo tiempo a un mundo imaginario atractivo, siendo que el objetivo principal, es precisamente, que los nuevos participantes produzcan beneficios a los participantes originales, generando así un modelo de país meramente consumista y demostrando además que para la nueva visión de este modelo de las Élites, son los jóvenes quienes ahora tienen la posibilidad de ser los grandes.

Este modelo, nos ha conllevado a la cultura del Kleenex “úsese y tírese”, me atrevo a nombrar también, aquellas instituciones donde los trabajadores aceptan por necesidad un salario mínimo y condiciones esclavizantes de trabajo para luego tener que ser despedidos injustamente para no generar antigüedad al patrón.

En esta campaña de terror y exceso, se han generado diversos tipos de abuso, de violencia, de apropiación y de engaño que también han sido sostenidos por la explotación sexual.

El caso de las mujeres en México es exactamente el mismo, son miradas como objetos de desecho, las cuales se pueden vender, comprar, prostituir y a pesar de que existen funcionarios que venden su imagen política bajo el argumento: “sin mujeres no hay crecimiento”, cuando la realidad, es que las están matando, las siguen desapareciendo, sin que sus familias puedan ubicarlas ni vivas, ni muertas, pues la mayoría de los feminicidios no son investigados ni juzgados, generando así, un miedo latente por parte de cualquier mujer de andar sola por la calle.

Es así, que la situación de violencia contra la mujer persiste en cualquier parte del país y esto nos permite sostener que este inconveniente sigue siendo generalizado, pues los diseños de políticas públicas no han conseguido generar estrategias para disminuir esta problemática y la pregunta es ¿Algún día la autoridad podrá?