Campañas mediáticas que manejan conciencias públicas

BIEN Y A LA PRIMERA

MTRO. OMAR ESPINOSA

COLABORACIÓN 1 DE MAYO 2018

A escasos dos meses de campañas electorales para los comicios del 1 de julio, las descalificaciones, ataques; revelaciones de aspectos poco honestos, corrupción y otros elementos demeritorios, estarán circulando en todos los medios de comunicación convencionales y alternativos. No dude el lector que seguiremos escuchando y viendo cualquier cantidad de despropósitos en contra de todos los candidatos; lo peor es que ya nos acostumbramos y hasta lo esperamos con morbo.

En periodismo existen recursos que pueden ayudar a manejar las conciencias ciudadanas como spots (que son todos regulados y diferenciados por el Instituto Nacional Electoral), entrevistas, debates y lo más convencional, que es la nota periodística.

Quien esto escribe aprendió que la noticia es una y la nota es otra. Es decir, el hecho es uno y no cambia, eso es la noticia, pero la forma en la que un reportero la ve, los datos anexos que obtenga, su perspectiva personal y la línea de su medio, harán que la nota sea distinta a la que escriben sus compañeros, de tal forma que los ciudadanos que consuman esa información, tendrán la posibilidad de comprender el hecho inicial de distintas formas, según dónde lo hayan leído, escuchado o visto.

Cuando un gobierno ve amenazada su integridad y credibilidad social, al respecto de hechos ocurridos, que pueden cambiar la percepción y el humor ciudadano, recurren a elaborar estrategias inmediatas para tapar errores y desviar la atención sobre problemas que llegan a ser hasta de carácter público y de interés nacional.

Aguas con las “cajas chinas”

 

Una de esas estrategias y quizá la más eficaz utilizada es la llamada “Caja China”, popularizada con la película “La dictadura perfecta”, que en 2014 presentó una sátira política de la relación que tiene una televisora con el Gobierno, así como sus formas para apoyar candidaturas y distraer la atención de los públicos cautivos.

Sólo por poner un ejemplo simple. En días anteriores las quejas, denuncias y manifestaciones por la desaparición (literal) de 3 jóvenes en Jalisco, otros más en Tlaxcala, así como la muerte de miles de mujeres y hombres,  víctimas de la delincuencia organizada, periodistas y hasta políticos a lo largo del país, puso en jaque al Gobierno de la República.

Todos los medios daban cuenta y cobertura de los hechos, mismos que hicieron recordar desde Acteal y hasta el caso de los 43 normalistas desaparecidos en 2014, cuando casualmente un día, aparecieron fotografías de una mujer vestida en lencería y posando en distintos salones de Palacio Nacional; la nota se presentó en redes sociales y medios de comunicación de la misma forma, ocupó las primeras planas y generó un interés nacional, desviando la atención de lo que realmente se le estaba desbordando y saliendo de control al Estado Mexicano. ¿Qué hacer? y ¿por qué no?, pues utilizaron la caja china y todos conocimos a #LadyLencería.

Se le llama “caja china” porque cuando se logra abrir, dentro de ella hay otra caja más pequeña, dentro de la cual hay una más, y así sucesivamente, construyendo una cortina de humo. En literatura es un recurso que consiste en introducir un relato dentro de otro, pero haciendo una analogía con el periodismo, cada caja vendría siendo una nota que llama más la atención que la anterior y despierta la curiosidad por seguir hasta el fin. Un escándalo tapa a otro y cuando se desvanece se genera uno nuevo que mantiene el interés hasta lograr el objetivo.

Mtro. Omar Espinosa Herrera

Twitter: @OmarEspinosaH

Correo: omar.espinosa.herrera@gmail.com