Brazalete electrónico y violencia de género

Mayra Sánchez García
En la pasada entrega abordé uno de los temas que en verdad duelen en lo más profundo a toda la sociedad: LOS FEMINICIDIOS y, continuando con este tema, debemos recordar que el feminicidio es el grado superlativo de la violencia contra las mujeres y que culmina con la muerte simplemente por su condición de género.
¿Cuál es entonces la diferencia entre “femicidio” y “feminicidio”?
El primer término implica un homólogo al “homicidio”; es decir, el femicidio, sólo se referiría al asesinato de mujeres, mientras que “feminicidio”, definido por Marcela Lagarde, incluye “la variable de impunidad que suele estar detrás de estos crímenes, es decir, la inacción o desprotección estatal frente a la violencia hecha contra las mujeres”.
Ahora bien, si en la pasada reunión de trabajo entre CONAVIM y representantes del gobierno del estado, se dejaron asentadas las tareas que deben cubrir las instancias poblanas, el trabajo preventivo sin duda es arduo y delicado. La seguridad de las mujeres poblanas está en gran medida en manos de las autoridades.
En días pasados, JOSE ANTONIO GALI FAYAD, anunció que su administración adquirió diez brazaletes electrónicos, hecho que se vuelve una medida que, fortalece la seguridad de los poblanos y poblanas. Si bien es cierto que es un implemento tecnológico costoso (asciende a 70 mil pesos cada uno), se vuelve un elemento de seguridad para evitar la prisión preventiva.
Según estudios realizados, existe un brazalete electrónico para cada tipo de sospechoso, la mayoría han sido utilizados para prevenir fugas, reincidencia delictiva o consumo de alcohol. Desde hace meses se implementa el localizador electrónico a nivel nacional.
En días pasados fue colocado el primer BRAZALETE ELECTRÓNICO, a una persona del sexo masculino que presentó violencia intrafamiliar contra sus hijos y su esposa el pasado 26 de febrero.
¿Cuál es la importancia de estos brazaletes electrónicos contra los agresores en temas de violencia de género?
Este localizador (colocado en la muñeca o en el tobillo, de aproximadamente de 180 gramos y 28 centímetros de diámetro) asegura el efectivo cumplimiento de la orden de alejar al agresor de la víctima o víctimas (de ella y de su familia).
El uso de esta medida es la constante búsqueda por disminuir la violencia y eliminar la exposición de las víctimas ante sujetos que representan un riesgo no sólo para la mujer violentada sino también para la sociedad. En otras palabras, se fundamenta en la prevención misma para frenar la violencia y garantizar la integridad física y moral de la familia y/o de la mujer.
Recordemos que los teóricos Cohen y Felson sostienen que el delito tiene lugar por la concurrencia en un mismo espacio y tiempo y, consta de tres elementos: un sujeto motivado -el hombre pareja o expareja-, un objetivo potencial o adecuado -la mujer víctima- y la carencia de control o vigilancia –ausencia o deficiencia de control social formal-.
Si bien es cierto que, el patrón de violencia de quienes portan el localizador electrónico también ejerce un efecto psicológico pues, el agresor al sentirse localizable, lo obliga a cambios conductuales, hecho que evitará la violencia cerca de sus zonas de “confort” y modificará patrones habituales en el mejor de los casos; pese a ello, el riesgo de atentar contra la vida de ella y la suya siempre seguirá latente.
Este localizador electrónico de vigilancia georeferencial es de suma importancia en diversos temas penales y no sólo en casos de violencia de género, ni intra familiar. Puebla se vuelve el octavo estado en poner en práctica este ejercicio de medidas cautelares de alejamiento, con la única intención de salvaguardar a las víctimas a través de una orden de protección.
El reto, será el seguimiento de los resultados, aunado a un análisis de la personalidad de los agresores, así como las circunstancias que permitirán cuantificar el costo beneficio de esta medida cautelar considerando otras tantas variables como verificar la situación de riesgo de sus familiares; hacer incautación de armas y/o otros instrumentos que existan en su domicilio, así como tener la valoración psicológica constante como medida preventiva dirigida en favor de la mujer y su familia sin que esta novedosa medida culmine en estadística de feminicidio.
El reto es grande. Al tiempo.
@mayrusmayrus7
@divandelamujer